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La Ley Del Maestro

Oct 18, 2016Bitácora, Pensamientos De Los Misioneros

Karlita Gomez
Desde que era niña sabía lo que quería ser cuando fuera grande: Maestra. Mis pobres papás encontraron muchos documentos y libros de ellos calificados por mi persona. Recuerdo que cuando estaba finalizando tercero básico estaba muy confundida porque si iniciaba mis estudios en magisterio ya no estudiaría con mis amigos pero después de pensarlo mucho, tomé una de las mejores decisiones de mi vida, estudiar magisterio, hice nuevas amigas y conocí maestras ejemplares.
Mi primer trabajo fue en un jardín infantil donde solo tenía 4 alumnitos de preparatoria, fue toda una pato aventura que disfruté y aprendí muchísimo, con solo 4 personas uno hace maravillas, recuerdo que en su acto de graduación hasta tocaron el Himno de la Alegría con flauta; créanme no era yo, era el hecho de que eran solo 4.
Después tuve la oportunidad de dar clases en diferentes lugares, diferentes grados, enseñando diferentes materias, viviendo diferentes experiencias que me formaron como maestra. Howard Hendricks enseña que la ley del maestro es: Si dejo de crecer hoy, dejaré de enseñar mañana, esto me hace reflexionar mucho porque como maestra no puedo quedarme con las experiencias, conocimiento, información vividas, debo continuar aprendiendo, debo seguir creciendo.
Aquí en El Faro he tenido la oportunidad de seguir creciendo (los que me conocen saben que me refiero a espiritual e internamente, porque por fuera sigo chaparra), ya tengo casi de 7 años de vivir acá y he tenido la oportunidad de enseñar en diferentes áreas, el año pasado Dios me dio la oportunidad de dirigir el Centro Tutorial El Faro, que son cursos por extensión del Instituto Evangélico América Latina, contamos con primaria, básicos y bachillerato por madurez y algunas carreras de diversificado; ha sido otra nueva experiencia que me ha hecho crecer como maestra, como hija de Dios, como persona, como cristiana, como mujer, como esposa, como hija, como estudiante.
Es todo un reto el enseñar a adultos, mi experiencia es con niños; la mayoría de estudiantes ya son mayores de edad, algunos ya tienen familia, no tienen cultura de estudio, llevaban años de no estudiar y por lo mismo quieren tirar la toalla todos los domingos que vienen a recibir clases; ya no soy solo la maestra, sino la porrista que debe animarles a continuar a pesar de los obstáculos.
Definitivamente no soy la misma persona de cuando me gradué (no puse año para que no saquen las cuentas), no soy la misma persona del año pasado. Sé que no soy un producto terminado y que no soy perfecta pero no quiero tomar una actitud conformista, quiero seguir creciendo, quiero ser esa plasticina calientita, suavecita en las manos de Dios, fácil de amoldar a Su voluntad, quiero vivir aprendiendo y aprendiendo viviendo, sueño con una Punta de Palma y las comunidades cercanas al Faro, cambiadas pero debo recordarme que para poder ser una agente de cambio, debo cambiar constantemente yo; quiero seguir enseñando pero no lo voy a poder hacer mañana si no recuerdo que se trata de Dios y no de mí, que El está trabajando en mí y que todo esto que estoy aprendiendo hoy me está formando para poder enseñarlo mañana.
Quiero preguntarte a tí que estás leyendo esto ¿Cuáles áreas de crecimiento de tu vida en el año pasado, piensas que son más notorias para aquellos a quienes enseñas hoy? Te recuerdo que aunque no seas maestro de profesión, siempre enseñas, siempre influyes en los que están a tu alrededor. 
Karlita Gomez

Karlita Gomez

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